Dos palabras

Dos palabras Temas

El amor

El amor es uno de los temas más recurrentes en la literatura de Isabel Allende. La mayoría de las protagonistas de sus historias, tanto de las novelas como de los cuentos, encuentran en el amor una fuerza modeladora, que las vuelve buenas y las impulsa a obrar bien. Sin ir más lejos, la propia autora en varias entrevistas hace referencia a que el simple hecho de amar vuelve buenas a las personas. Así, el amor opera en la obra de Allende como una fuerza redentora, un sentimiento capaz de transformar a los seres humanos, de mejorarlos.

En "Dos palabras", el tema del amor se pone de relieve de una manera bastante explícita. El Coronel, hombre revolucionario, frío y violento, se enamora perdidamente de Belisa Crepusculario, y este sentimiento lo humaniza. Hacia el final del relato, se puede ver con claridad su transformación. El Coronel deja de ser un hombre respetado y temido por sus soldados y, ante la presencia de Belisa, se muestra vulnerable y sensible. Su transformación, impulsada por el amor que le profesa a Belisa, se vincula simbólicamente con las dos palabras secretas que ella le ha regalado.

Belisa Crepusculario, por su parte, también se enamora del Coronel. En el caso de ella, quien desde el comienzo de la historia se presenta como una mujer sensible y con gran capacidad de comunicarse a través de las palabras, lo que le atrae del Coronel es el vigor que irradia. Este vigor, al mismo tiempo, está asociado a la insensibilidad que lo caracteriza y que interfiere con su capacidad de comunicación.

En este sentido, es posible pensar al amor como una fuerza tan poderosa que logra deshacer la distancia entre los opuestos, complementándolos de una forma armónica. Así las cosas, en este relato el amor se convierte en un sentido superior, casi mágico, que está por encima de cualquier ambición de poder.

El deseo erótico

El tema del deseo erótico está muy presente en "Dos palabras", al igual que en toda la obra de Isabel Allende. Desde un principio, el encuentro entre Belisa y el Coronel está marcado por fuertes rasgos de erotismo. Ella siente el deseo de ayudarlo, en parte, porque "percibió un palpitante calor en su piel, un deseo poderoso de tocar a ese hombre, de recorrerlo con sus manos, de estrecharlo entre sus brazos" (19). A su vez, el Coronel también siente atracción sexual por Belisa. En este caso, la tensión erótica se transmite en el modo en que disfruta de su olor, del calor de su cuerpo y el perfume de su aliento.

La atracción irresistible entre ambos personajes aumenta progresivamente a partir de esas dos palabras que ella le regala al Coronel. Conforme avanza la narración, el efecto de esas dos palabras crece y se refleja en el modo en que el Coronel se ensimisma cada vez más en el recuerdo de Belisa. Ese recuerdo, por otra parte, se nutre de la atracción sensual que ella irradia.

Ahora bien, es interesante observar cómo el Coronel adopta una actitud de divinización excesiva respecto al deseo que le evoca el recuerdo de Belisa y que llega hasta el punto de perder la cordura. En cierta medida, la descripción hiperbólica de la pasión del Coronel puede relacionarse con la idea del amor como una pulsión enajenante.

Por otro lado, esas dos palabras, como tantos otros instrumentos de brujería y erotismo -cartas, tijeras, amuletos-, logran el efecto propio de un hechizo de amor al estilo de los tradicionales cuentos de hadas: ganar la atención y el amor de un hombre. En conclusión, esas dos palabras también pueden considerarse parte de la sensualidad que ostenta Belisa.

La guerra

En "Dos palabras", el tema de la guerra está encarnado, sobre todo, en el Coronel y el Mulato. El primero es un revolucionario que ha tenido una participación decisiva en la Guerra Civil; el segundo es la mano derecha del Coronel, un hombre rudo y sanguinario. Al margen de que estos hombres, por educación y contexto, tengan una predisposición natural a ser fuertes e insensibles, estos rasgos se ven potenciados por las crueldades que viven en la guerra. De esta forma, cuando Belisa conoce al Coronel, más allá del deseo que le produce el cuerpo viril del revolucionario, también se compadece de los estragos emocionales que la guerra ha causado en él.

Cabe aclarar que en el relato nunca se alude de forma explícita a un conflicto bélico en particular, aunque es común que en las obras que pertenecen al real maravilloso, como es el caso del relato "Dos palabras", se aluda a eventos políticos en forma genérica. En parte, porque son conflictos que se producen en forma generalizada en Latinoamérica durante la segunda mitad del siglo XX.

Por otro lado, el contexto en el que se desarrolla la historia es el de los años posteriores a la Guerra Civil. Esto se ve reflejado en la dinámica social en la que se desenvuelve Belisa. Ella vende palabras en mercados de pueblo, en los que se cruza con personas cuyos cuerpos y vidas evidencian el nivel de pobreza que ha dejado la guerra: "En una mañana de agosto, se encontraba Belisa Crepusculario en el centro de una plaza, sentada bajo su toldo vendiendo argumentos de justicia a un viejo que solicitaba su pensión desde hacía diecisiete años" (17). Así las cosas, si bien la historia se desarrolla en los años posteriores de la Guerra Civil, los efectos de esa guerra siguen muy presentes en el tiempo del relato.

La política

Vinculado al tópico de la guerra, el tema de la política se condensa fundamentalmente en la figura del Coronel. Este líder revolucionario, que tuvo un papel decisivo en la Guerra Civil, decide ser candidato a presidente. Para ello, recurre a Belisa Crepusculario: necesita que ella le escriba un buen discurso de campaña, ya que él no domina en absoluto el mundo de las palabras (de hecho, no sabe ni leer ni escribir). En ese sentido, está claro que existe una relación muy estrecha entre la política y las palabras.

Asimismo, la Guerra Civil es, en sí misma, un conflicto político. En este punto, los revolucionarios no están de acuerdo con las decisiones del gobierno de turno y se alzan para destituirlo. Ahora bien, es interesante observar que el Coronel, más allá de su personalidad violenta y su analfabetismo, posee ambiciones políticas serias basadas en sus ideales y en el deseo de llevarle bienestar a la gente.

Por otro lado, el tema de la política también lo podemos apreciar en el contexto en el que se inscribe la historia: con los resabios de la Guerra Civil, reina el desconcierto y la pobreza en la sociedad, al tiempo en que se produce una carencia de referentes políticos que la estructuren. Esta acefalía política y la escasez de recursos son circunstancias que posibilitan que un hombre como el Coronel piense en proponerse como candidato a presidente.

El lenguaje

En principio, podemos decir que la elección del título "Dos palabras" ya se nos presenta como un indicio de la importancia que van a tener, justamente, el lenguaje en la historia. Asimismo, es importante mencionar que este relato no es el único texto literario en el que la autora transmite su posición respecto al poder transformador de las palabras.

Belisa Crepusculario utiliza las palabras como forma de ganarse la vida: se las vende a la gente en mercados cual bienes de consumo, como si fueran alimentos o ropa. De esta forma, podemos decir que las palabras son vitales para ella, en tanto le proveen el sustento para vivir. Al mismo tiempo, la gente que se las compra también encuentra en esas palabras algo de vital importancia, sobre todo en aquellas secretas que les vende por cincuenta centavos para espantar la melancolía.

Ahora bien, a propósito de estas palabras secretas que tienen tanto poder, cuando Belisa se las ofrece al Coronel, comienza en él un proceso de profunda transformación interna. Por lo tanto, si bien los lectores no conocemos cuáles son esas palabras, sí podemos apreciar el efecto que tienen en el hombre, a quien sensibilizan al punto de hacerlo perder toda la frialdad y la rudeza que lo caracterizaba al comienzo.

En suma, tanto en esta historia como en muchas otras de Isabel Allende, las palabras poseen un efecto similar al que tiene el amor: tienen la capacidad de activar la sensibilidad de las personas y conectarlas entre sí.

La soledad

Tanto Belisa Crepusculario como el Coronel son personas solitarias. En el caso de la protagonista, ella recorre el país vendiendo palabras, en soledad, ya que debió abandonar a su familia a los doce años para salvarse de las penurias de la sequía. Su vida nómade, al mismo tiempo, explica que no tenga pareja ni amigos. El Coronel, por su parte, si bien está rodeado de personas, se trata de soldados que se relacionan con él solo desde un lugar de subordinación. En ese sentido, el Coronel arrastra un profundo sentimiento de soledad que Belisa percibe apenas se encuentra con él.

En síntesis, la soledad es un rasgo que comparten los dos personajes principales de la historia y que, en buena medida, acaba por unirlos. Esas dos palabras secretas que le dice Belisa al Coronel (y a las que los lectores nunca accedemos), se vuelven una compañía para él y, a raíz de esto, el Coronel entiende que no desea estar más solo.