Amada

Amada Citas y Análisis

“124 era rencorosa. Llena de veneno de bebé.”

Capítulo 1, pág. 3

“Mi primogénita. Todo lo que puedo recordar de ella es cuanto le encantaba el cuscurro del pan. ¿Puedes superar eso? Ocho hijos y eso es todo lo que recuerdo.”

Capítulo 1, pág. 5

“Una acumulación de luz roja y ondulante que le bloqueó y paralizó en el lugar donde estaba.”

Capítulo 1, pág. 8

"Si un Negro tiene piernas debería usarlas. Si está sentado durante demasiado tiempo a alguien se le ocurrirá como atarlas.”

Capítulo 1, pág. 10

“Tengo un árbol en mi espalda y un espectro en mi casa y absolutamente nada más salvo la hija que tengo entre mis brazos. Nunca más huir por ningún motivo. No huiré de nada más en este mundo. Me fui de viaje y pagué el pasaje, pero déjame decirte algo Paul D Garner: ¡el precio fue demasiado alto! ¿Me escuchas bien? El precio fue demasiado alto.”

Capítulo 1, pág. 15

"La casa misma estaba oscilando.”

Capítulo 1, pág. 18

“Un hombre no es nada más que un hombre. ¿Pero un hijo? Bueno, un hijo es realmente alguien.”

Capítulo 2, pág. 23

“La imagen todavía está allí, y más aun, si vas allí – tú que nunca estuviste allí - y permaneces de pie en el lugar donde estaba, sucederá otra vez; estará allí por ti, esperándote. Así que, Denver, no puedes ir allí nunca. Nunca. Porque aún cuando todo terminó - todo terminó completamente - siempre va a estar allí esperándote.”

Capítulo 3, pág. 36

“¿Estaría bien? ¿Estaría bien seguir adelante y sentir? ¿Seguir adelante y tener algo en lo que confiar?”

Capítulo 3, pág. 38

“Para Sethe el futuro era un asunto que consistía en mantener a raya el pasado. La ‘vida mejor’ que Sethe pensaba que Denver y ella estaban viviendo simplemente no era tal cosa.”

Capitulo 3, pág. 42

“Denver odiaba las historias que su madre contaba que no la concernían y por eso solo preguntaba cosas acerca de Amy. El resto era un mundo resplandeciente y poderoso que aún era más resplandeciente y luminoso porque Denver no formaba parte de el. Al no estar incluida en el lo odiaba y quería que Amada también lo odiara aunque no existía ninguna posibilidad de que eso ocurriera.”

Capítulo 6, pág. 62

“¿Por qué no se había desechado nada? ¿Ninguna aflicción, ningún arrepentimiento, ninguna odiosa impresión o imagen eran lo suficientemente putrefactas como para no ser aceptadas? …No quiero saber o tener que recordar eso. Tengo otras cosas que hacer: preocuparme, por ejemplo, de Denver, de Amada, del envejecimiento y la enfermedad, sin mencionar el amor. Pero su cerebro no estaba interesado en el futuro. Sobrecargado por el pasado y hambriento deseando más, no la dejaba margen para imaginar, y mucho menos para planear, el día siguiente.”

Capítulo 7, pág. 70

“Venga, puedes ya, venga ven acá.”

Capítulo 8, pág. 74

“Esos blancos me han quitado todo lo que tenia o soñaba, ‘ella decía’, e hicieron añicos mis sentimientos más profundos. En el mundo no existe la mala suerte, existen los hombres blancos.”

Capítulo 9, pág. 89

"Poco a poco, en 124 y en el Claro, en compañía de otra gente, se había reivindicado a sí misma. Porque liberarse era una cosa, pero reivindicar posesión de esa misma liberación era otra cosa diferente.”

Capítulo 9, pág. 95

"Ella le había prestado tanta consideración. Y era tanto mejor que el enojo reinante cuando Sethe hacia o pensaba algo que la excluía. Podía soportar las horas - nueve o diez cada día exceptuando - cuando Sethe no estaba. Soportar incluso las noches cuando ella estaba tan cerca pero fuera de la vista, detrás de paredes y puertas, acostada junto a él. Pero ahora incluso el periodo de tiempo diurno con el que Amada había contado, con el que se había auto disciplinado para conformarse y estar contenta, estaba siendo reducido por el deseo de Sethe de prestarle atención a otras cosas. Principalmente a él.”

Capítulo 9, pág. 100

“Mataban a la coqueta a la que la gente llamaba Vida porque los motivaba. Les hacía pensar que el siguiente amanecer valdría la pena; que un poco más de tiempo seria finalmente suficiente. Solamente cuando ella estuviera muerta ellos estarían a salvo. Aquellos que hubieran tenido éxito—aquellos que habían estado allí suficientes años para haberla lisiado, mutilado quizás incluso haberla enterrado—mantenían vigilancia sobre los otros que todavía estaban bajo su abrazo lascivo, sintiendo emociones y mirando al futuro, recordando y volviendo la vista atrás.”

Capítulo 10, pág. 109

"La toque en la parte interior y llame su nombre.”

Capítulo 11, pág. 116

“Esto es peor que cuando Paul D llegó a 124 y ella lloró desconsoladamente sobre la cocina. Esto es peor. Entonces fue por ella misma. Ahora está llorando porque no tiene identidad…No se mueve para abrir la puerta porque no existe un mundo ahí fuera. Decide quedarse en la despensa y dejar que la oscuridad la engulla como los resquicios de luz arriba. No soportará otra partida, otro engaño. Despertar para encontrar un hermano, luego otro no a los pies de la cama, su pie pinchando su columna vertebral. Sentada a la mesa comiendo nabos y guardando el licor para que se lo beba su abuela; la mano de su madre en la puerta de la sala de estar y su voz diciendo ‘Baby Suggs ha muerto, Denver’. Y cuando se tomaba tiempo para preocuparse sobre qué pasaría si Sethe muriera, o Paul se la llevara lejos, un sueño materializado se hace realidad solo para dejarla sobre una pila de periódicos en la oscuridad.”

Capítulo 12, pág. 123

“Tenía todos los hijos que necesitaba. Si sus chicos volvieran algún día y Denver y Amada se quedaran—bueno, ¿esa sería la manera en que se supone que las cosas deberían ser, no es cierto? ¿No es verdad que todo había cambiado justo en el momento en que vio las sombras dadas de la mano al borde del camino? Y en el mismo instante que vio el vestido y los zapatos sentados en el patio delantero rompió aguas orinándose. Ni tan siquiera tenía que ver la cara candente a la luz del sol. Había estado soñando con ello durante años.”

Capítulo 13, pág. 132

“Hacía que estuvieran furiosos. A la mañana siguiente tomaron bicarbonato sódico para calmar las molestias estomacales causadas por tanta abundancia y la insensata generosidad expuesta en 124. Susurraban entre ellos en patios y jardines sobre ratas gordas, destino funesto y orgullo inapropiado.”

Capítulo 15, pág. 137

“Habría sabido de inmediato quien eras cuando el sol ofuscó tu cara de la forma en que lo hizo cuando te llevé al emparrado de vides. Lo hubiera sabido de inmediato cuando me oriné incontrolablemente. Y cuando te vi la cara, tuve mucho más que un simple atisbo de cómo sería tu apariencia después de todos estos años. Habría sabido quien eras de inmediato porque las tazas de agua que bebiste se correlacionaban con el hecho de que babeaste saliva clara sobre mi vendaje el día que llegamos a 124. Lo habría sabido enseguida pero Paul D me distrajo. De otra manera, habría visto la huella de las uñas de mis dedos allí, sobre tu frente para que la viera todo el mundo. De cuando sostuve tu cabeza en alto, allí en el cobertizo. Y después, cuando me preguntaste sobre los pendientes que yo solía balancear para que tú jugaras con ellos, te habría reconocido de inmediato, si no hubiera sido por Paul D.”

Capítulo 20, pág. 203

“Todo el tiempo tengo miedo de que la cosa que hizo posible que mi madre matara a mi hermana pudiera suceder otra vez. No sé lo que es, no sé quién es, pero quizás haya algo lo suficientemente terrible como para hacer que ella lo haga de nuevo. Necesito saber que podría ser esa cosa pero no quiero. Sea lo que sea, viene de afuera de esta casa, de más allá del jardín, y puede adentrarse en el jardín si así lo desea. Así que nunca salgo de la casa y vigilo el jardín para que no pueda volver a suceder y mi madre no tenga que matarme también.”

Capítulo 21, pág. 205

“Yo soy Amada y ella es mía. La veo llevar flores lejos de las hojas las pone en una canasta redonda las hojas no son para ella llena la canasta escarba en el césped y yo la ayudaría pero las nubes se interponen en el camino como puedo decir cosas que son imágenes yo no estoy separada de ella no hay lugar donde detenerme su cara es la mía propia y quiero estar allí en el lugar donde su cara está y además estar mirándola una cosa caliente."

Capítulo 22, pág. 210

“Veo la oscura cara que me va a sonreír es mi oscura cara que me va a sonreír el circulo de hierro está alrededor de nuestro cuello ella no tiene elegantes pendientes en sus orejas o una canasta redonda entra en el agua con mi cara."

Capítulo 22, pág. 212

“No estoy muerta me siento el sol cierra mis ojos cuando los abro veo la cara que perdí la cara de Sethe es la que me abandonó Sethe ve que la miro y veo la sonrisa su cara sonriente es el lugar para mí es la cara que perdí ella es mi cara sonriéndome finalmente sonriéndome una cosa caliente ahora nos podemos unir.”

Capítulo 22, pág. 213

“¡Siete-O!, ¡Siete O!”

Capítulo 24, pág. 226

“Cualquier blanco podía quitarte tu propia individualidad por cualquier cosa que se le ocurriera. No solo hacerte trabajar, matarte o mutilarte sino ensuciarte. Ensuciarte tanto que nunca más te volvería a gustar nada sobre ti mismo. Y a pesar de que ella y otros como ella lo vivieron y pudieron sobreponerse, ella nunca podría dejar que le pasara a los suyos. Lo mejor de ella, eran sus hijos. Los blancos la pueden ensuciar a ella, es verdad, pero no lo mejor de ella, lo mejor de ella, tan bello y mágico—la parte de ella que estaba limpia.”

Capítulo 26, pág. 251

"Su cosa más preciada.”

Capítulo 27, pág. 272

“Sethe, tú eres lo mejor de ti misma. Tú lo eres.”

Capítulo 27, pág. 273

"Todo el mundo sabía cómo era llamada, pero nadie en ningún sitio conocía su nombre. Olvidada y sin nadie que diera cuenta de ella, no puede estar perdida porque nadie la está buscando, e incluso si la buscaran ¿Cómo pueden llamarla si nadie conoce su nombre? Aunque tiene derecho, no es reivindicada.”

Capítulo 28, pág. 274