El matadero

Areste yo entonces, la lluvia caía incesantemente. El camino fueron inun ted; en los pantanos el agua era lo suficientemente profunda como para nadar Ming, y se calles que conducen a la ciudad se inundaron de mirf acuoso Un arroyo tremendous salió corriendo del riachuelo de Barracas y majer. Extiende sus aguas turbias hasta el pie mismo de las laderas del Alto El Plata, desbordado, enfurecido, hizo retroceder el 'agua que wa buscando su cama y lo hizo apresurarse, hinchado, sobre los campos, terraplenes, casas, y se extiende como un enorme lago sobre las tierras bajas. Rodeado de de norte a este por una faja de agua y barro, y desde el sur por un mar blanquecino en cuya superficie se balanceaban peligrosamente pequeñas embarcaciones y sobre las que se reflejaban chimeneas y copas de árboles, la ciudad desde sus torres y pendiente ¡Elenco ansioso! mira al horizonte como si implorara misericordia al Señor Parecía ser la amenaza de un nuevo diluvio.