La primera edición impresa de la carta inicia con el titular:[1]
Carta de relacion enviada a su S[acra] majestad del emperador nuestro señor por el capitán general de la Nueva España, llamado Fernando[nota 1] Cortés. En la cual hace relación de las tierras y provincias sin cuento que ha descubierto nuevamente en el Yucatán del año de 19 a esta parte, y ha sometido a la corona real de su S[acra] M[ajestad]. En especial hace relación de una grandísima provincia muy rica llamada Culúa, en la cual hay muy grandes ciudades y de maravillosos edificios, y de grandes tratos y riquezas. Entre las cuales hay una más maravillosa y rica que todas, llamada Timixtitán,[nota 2] que está por maravillosa arte edificada sobre una grande laguna; de la cual ciudad y provincia es rey un grandísimo señor llamado Mutezuma;[nota 3] donde le acaecieron al capitán y a los españoles espantosas cosas de oír. Cuenta largamente del grandísimo señorío del dicho Mutezuma, y de sus ritos y ceremonias y de cómo se sirve.
Escrita quince meses después de la Primera Carta, Cortés relató en la Segunda carta de relación el proceso previo a la conquista de México-Tenochtitlán. Inició con una disculpa hacia los reyes por el tiempo que tardó en escribir; y continuó con el hundimiento de los bergantines para evitar que los hombres que lo acompañaron se arrepintieran y regresaran a La Española; y expuso su decisión de conquistar la ciudad y con ello justificó su expedición. Describió el poder, riqueza y religión de los mexicas. Mencionó los encuentros que tuvo con el jefe de Tlaxcala, Xicotencatl y el oro que recibió de los caciques y del tlatoani Moctezuma II, sus impresiones al conocer los conflictos políticos en el territorio y su visita con los naturales de Cholula. Posteriormente señaló los conflictos que tuvo con Moctezuma y su enfrentamiento con la sociedad mexica, la batalla que tuvo lugar en México-Tenochtitlán durante su ausencia, cuando se marchó a entrevistarse con Pánfilo de Nárvaez, la muerte del tlatoani y su derrota frente a las fuerzas mexicas. Después de ello, se dirigieron hacia Tlaxcala, donde los naturales le ofrecieron su apoyo para derrotar a los mexicas. Comenzaron a construir los bergantines para sitiar Tenochtitlán en compañía de más aliados indígenas, el conflicto con Pedro de Alvarado en el mercado de Tlatelolco, los sacrificios de los españoles, la captura de Cuauhtémoc, la derrota de los mexicas y la conquista México-Tenochtitlán.[2]