Los juegos del hambre

Los juegos del hambre La historia de Teseo y el Minotauro

En numerosas entrevistas, Suzanne Collins menciona el mito griego de Teseo y el Minotauro como una importante fuente de inspiración para crear el mundo de Panem. Vale la pena tener en cuenta esta historia ya que sus similitudes y diferencias pueden resultar esclarecedoras.

Tal como relata Edith Hamilton en el clásico compendio Mythology, este mito cuenta la historia de un héroe que rescata a una sociedad oprimida por restricciones inhumanas. El hijo de Minos, rey de Creta, es enviado por su padre a Atenas, y una vez allí el rey de Atenas le encarga luchar contra un peligroso toro. Al morir el joven durante esta expedición, el vengativo Minos ocupa Atenas y amenaza con destruirla a menos que sus ciudadanos se sometan a su extraña exigencia: una vez cada nueve años, los atenienses deberán enviar como tributo a siete señoritas y siete jóvenes. Los 14 tributos son entonces encerrados en un laberinto, donde los aguarda una muerte segura a manos del Minotauro, una criatura con cabeza de toro y cuerpo de hombre. No solo sufrirán una muerte dolorosa, sino que serán morbosamente forzados a intentar escapar de este final inevitable, prolongando así su agonía.

Teseo, un héroe griego destinado a hazañas extraordinarias, llega a Atenas justo un año antes de la elección de los tributos, y se ofrece como voluntario entre los jóvenes. Los atenienses se conmueven por su valentía, sin saber que su intención es matar a la bestia. Cuando es trasladado a Creta y exhibido ante los cretenses, logra llamar la atención de Ariadna, hija de Minos. Ella se enamora de Teseo y para ayudarlo a sobrevivir le da un ovillo de lana que le servirá para marcar su recorrido a través del laberinto y encontrar el camino de vuelta una vez que mate a la bestia. Teseo finalmente consigue matar al minotauro y escapar, y eventualmente es proclamado rey de Atenas tras otras aventuras.

Esta historia resuena de varias formas con Los Juegos del Hambre. Aunque los ciudadanos de Atenas estaban lógicamente horrorizados por su situación (mientras que la sociedad de Panem es distraída con el espectáculo televisivo), Katniss tiene una percepción de la injusticia y una fuerza estoica que nos recuerda a Teseo. Asimismo, como Teseo, ella triunfa no solo gracias a su fuerza física sino también a través del amor: en su caso, el amor de Peeta; en el de Teseo, el de Ariadna. Por último, la crueldad gratuita en ambos juegos (después de todo, el estadio no es más que otro laberinto insuperable) nos invita a reflexionar sobre los abismos de maldad en los que puede caer la especie humana, una temática que persiste a través de los siglos. Para los temas de la trilogía, es clave transmitir que la brutalidad del régimen no es exclusiva de Panem. A lo largo de la historia, las fuerzas vencedoras han exigido tributos de sus conquistas para menoscabar a los pueblos conquistados, y estos tributos muchas veces han sido personas.

Aunque era más probable que los tributos humanos fueran mantenidos con vida como esclavos en vez de convertirse en alimento para híbridos coléricos, el mito griego nos muestra que tal nivel de brutalidad forma parte del imaginario colectivo desde hace mucho tiempo.