El perseguidor

El perseguidor Metáforas y Símiles

"El compañero Bruno es fiel como el mal aliento" (p. 299). (Símil)

Con esta comparación llamativa saluda Johnny a Bruno, el narrador, cuando este llega a su habitación de hotel. Johnny parece encontrarse siempre por fuera de las convenciones sociales, y eso se traduce en su forma de interactuar con quienes lo rodean. En este caso, el saludo a su biógrafo se formula como una broma que no causa ninguna gracia a su receptor.

"Me empiezo a dar cuenta poco a poco que el tiempo es como una bolsa que se rellena. Quiero decir que aunque cambie el relleno, en la bolsa no cabe más que una cantidad y se acabó" (p. 306). (Símil y Metáfora)

En este pasaje, Johnny compara figuradamente al tiempo con una bolsa que se puede rellenar hasta cierto límite. Para seguir explicando su percepción del tiempo, Johnny continúa diciendo que, cuando él toca su música, en esa bolsa que es el tiempo él puede meter muchísimo más contenido. Así, el tiempo posee una elasticidad que fascina y preocupa al jazzman, quien está enfrascado en la exploración de estas dimensiones.

"Viajar en el 'métro' es como estar metido en un reloj" (p. 310). (Símil)

Preocupado por el paso del tiempo, Johnny encuentra que el metro de París es un lugar donde su percepción se ve terriblemente afectada. En este pasaje, Johnny compara el tiempo cronometrado entre estaciones con un reloj que le marca el ritmo a sus pensamientos.

"Johnny ha pasado por el jazz como una mano que da vuelta la hoja, y se acabó" (p. 315). (Símil)

Con esta comparación el narrador ilustra la importancia que tiene Johnny para el mundo del jazz: su estilo marca un antes y un después en la historia del género, y esa parece ser una realidad que considera fuera de toda discusión.

"Johnny parece contar con ella [la música] para explorarse, para morder en la realidad que se le escapa todos los días" (p. 323). (Metáfora)

En este pasaje, Bruno se refiere a cómo Johnny utiliza la música como un medio para explorar la realidad y su relación con la temporalidad. Para el jazzman, su música no es evasión de la realidad, sino más bien todo lo contrario: una forma de instalarse en ella y llegar a comprenderla.