El castillo de Otranto

El castillo de Otranto Elementos Literarios

Genero

Novela gótica.

Configuración y Contexto

Italia, en la Edad Media, dentro de un castillo gótico.

Narrador y Punto de Vista

Narrador omnisciente.

Tono y Estado de Ánimo

El tono es predominantemente sombrío, cargado de tensión premonitoria. Hay momentos de alivio cómico asociados a los personajes del servicio doméstico del castillo, como Jaquez, Diego y Bianca.

Protagonista y Antagonista

Los protagonistas son Theodore, Isabella y Matilda. Manfred es el antagonista y villano gótico por excelencia.

Conflicto Principal

El principal conflicto es que Manfred, a pesar de lo que dicta la profecía sobre la restitución del castillo a su heredero legítimo, hace todo lo que está a su alcance para casarse con Isabella y concebir con ella un heredero varón para que su linaje continúe reinando en Otranto.

Climax

"El castillo de Otranto" es el tipo de historia sobrecargada que parece tener muchos clímax, pero el más importante tiene lugar cuando Manfred asesina a su propia hija, y todo lo que había planeado se desmorona.

Presagio

Varios elementos de la historia anticipan el desenlace con profecías y presagios. Al principio, cuando está por celebrarse el casamiento entre Conrad e Isabella, se menciona la profecía de que Otranto volverá a pertenecer al linaje de Alfonso. También incide la creencia de que los pecados del padre se transmiten hasta la cuarta generación, lo que se confirma con la muerte de Conrad y Matilda por los pecados de su bisabuelo Ricardo. Por otra parte, cuando Bianca exclama, al ver a Matilda desmayada, que la princesa ha muerto, sus palabras anticipan lo que sucederá al final, cuando Matilda muera a manos de su padre.

Atenuación

N/A

Alusiones

El nombre de Theodore podría estar aludiendo a Teodorico el Grande, el rey godo de Italia; su nombre significa "Don de Dios". El de "Jerome" también podría estar aludiendo al santo del siglo IV, Jerónimo de Estridón. En el prólogo a la segunda edición, Walpole menciona a Voltaire, el historiador y filósofo del siglo XVIII. En la novela hay varias alusiones literarias a obras de Shakespeare (ver sección "Resumen y Análisis").

Imágenes

Ver sección "Imágenes".

Paradoja

En el prefacio a la segunda edición, Walpole dice que toma como principio imitar la naturaleza. Esto es paradójico si pensamos en el desarrollo de la historia, porque no hay nada de "natural" en los retratos que cobran vida, en los espectros de príncipes y ermitaños, en el yelmo y otras partes de una armadura gigante que aparecen por arte de magia, en los muros de los castillos que se derrumban, etc. Walpole se enorgullece de las reacciones naturales de sus personajes, pero nada de lo que ocurre en su historia es realmente algo que podría tener lugar en la naturaleza o el mundo real.

Paralelismo

Se puede establecer un paralelismo entre la escena en la que Hippolita le ordena a su hija Matilda que abandone sus sentimientos por Theodore, y la escena siguiente, en la que Jerome le dice a su hijo Theodore que abandone sus pretensiones sobre Matilda.

Metonimia y Sinecdoque

Bianca habla con Matilda de "tomar los hábitos" (p.49) como una forma metonímica de decir "convertirse en monja".

Personificación

En el prólogo a la segunda edición, Walpole personifica la naturaleza cuando diferencia la novela antigua de la moderna: "Pero si en el segundo tipo [la moderna] la naturaleza ha ahogado a la imaginación, no ha hecho sino vengarse, ya que había sido excluida del todo de las antiguas novelas sentimentales" (p.13). La Providencia aparece también personificada en varias partes del relato: "La Providencia que me libró del yelmo me guió hasta el resorte secreto del candado" (Theodore, p.39); "Hay un destino que pende sobre nosotros, la mano de la Providencia se extiende" (Hippolita, p.109).