Dune

Dune Resumen y Análisis Libro Primero: "Dune", Capítulos 1-8

Resumen

Libro Primero: "Dune" - Capítulo 1

La novela empieza en Castel Caladan, el hogar de los Atreides por veintiséis generaciones. Jessica, la concubina del duque Leto de los Atreides, conduce a una anciana a la habitación de su hijo. Paul, un chico de quince años, está en su cama y pretende estar dormido mientras escucha lo que dicen su madre y la anciana.

Las dos mujeres dejan el cuarto y Paul se queda pensando en todos los cambios que se avecinan. A su padre le han otorgado el poder sobre el planeta Arrakis. Si bien la noticia aparenta ser positiva, el nuevo feudo de su padre estaba bajo el poder de los Harkonnen, enemigos mortales de los Atreides. El traslado de poder supone peligros.

Esa noche, Paul sueña con una caverna de Arrakis, el Planeta del Desierto. Solo recuerda los sueños que luego se vuelven realidad, por lo que Paul sabe que su visión de la caverna es una predicción. Por su mente pasa una serie de preocupaciones, por lo que decide hacer ejercicios respiratorios para controlar sus pensamientos, técnica que aprendió de su madre.

A la mañana siguiente, Jessica busca a su hijo y lo conduce a una habitación en la que se encuentra la anciana, antigua preceptora de la escuela de Bene Gesserit en la que se formó Jessica. Hoy ocupa el cargo de Decidora de Verdad del emperador.

Su madre se retira y Paul se queda solo con la anciana, quien lo somete a una prueba: Paul debe permanecer con su mano en una caja que causa un dolor intolerable; si se mueve apenas a causa del dolor, una aguja envenenada (gom jabbar) le causará la muerte. Según la Reverenda Madre, la prueba busca “tamizar a la gente para descubrir a los humanos” (p.21) capaces de autocontrol.

Paul pasa la prueba y demuestra que es capaz de tolerar el dolor más que ninguna otra persona antes de él, lo que lleva a la Reverenda Madre a considerar la posibilidad de que él sea el Kwisatz Haderach, que corresponde a la siguiente profecía: “Se dice que vendrá un hombre que, con el don de la droga, encontrará su ojo interior. Podrá ver donde ninguna de nosotras podemos… en ambos pasados, el masculino y el femenino” (p.25).

Libro Primero: "Dune" - Capítulo 2

El barón Vladimir Harkonnen se jacta ante el mentat (asesor) a su servicio, Piter de Vries, y su sobrino, Feyd-Rautha, sobre la trampa que le ha tendido al duque Leto en Arrakis. Luego de observar con cierto desdén a su mentat, el barón piensa en que deberá deshacerse de él porque es un adicto a la especia, sustancia que se produce en el planeta Arrakis y es como una droga. La especia es sumamente valiosa porque permite los viajes en el espacio.

El barón le pide a Piter que repase su plan para Feyd. Primero, los Atreides llegarán a Arrakeen, la nueva capital en Arrakis, en lugar de Carthag, la antigua capital de los Harkonnen. Hawat, el mentat de los Atreides, ha tomado esta decisión porque esperan un ataque y consideran que Arrakeen es más fácil de defender. Sin embargo, el ataque de los Harkonnen los tomará por sorpresa, porque vendrá desde dentro con la ayuda de un traidor. El doctor Yueh es el perfecto cómplice porque está supuestamente bajo Condicionamiento Imperial, es decir, está condicionado para no hacer daño al duque, por lo que nadie sospechará de él. Gracias a la colaboración del traidor van a tomar prisionero a Leto y lanzar un ataque de los Sadaukar (ejército imperial). Además, intentarán atentar contra la vida de Paul Atreides. Otro colaborador de los Harkonnen, el planetólogo Kynes, no permitirá que la familia Atreides escape de la capital.

El duque, quien todo este tiempo ha permanecido hablando desde las sombras, sale a la luz y revela su físico: “Cuando emergió de las sombras, su silueta adquirió otra dimensión… grande e inmensamente gruesa. Los sutiles movimientos de sus protuberancias bajo los pliegues de su oscura ropa revelaban que sus grasas estaban sostenidas en parte por suspensores portátiles anclados a sus carnes. Debía de pesar en realidad unos doscientos kilos estándar, pero sus pies tan solo sostenían cincuenta de ellos” (p.37).

Libro Primero: "Dune" - Capítulo 3

La Reverenda Madre le reclama a Jessica la decisión de tener un hijo varón con el duque Atreides cuando la orden había sido que solo tuviera hijas. La mentora le reprocha su soberbia al pensar que podía engendrar al Kwisatz Haderach. Jessica se justifica diciendo que decidió tener a Paul para darle gusto al duque, que deseaba un hijo más que nada; se muestra firme en su decisión, porque juró no arrepentirse de tener un varón. La Reverenda Madre le advierte que nada bueno saldrá de ello, y que Jessica y su hijo serán perseguidos. Lo que es más, si Jessica continúa intentando proteger a Paul de las consecuencias de su decisión de engendrarlo, Paul se convertirá en una persona débil y vulnerable, incapaz de cumplir con su destino.

Las dos Bene Gesserit, Jessica y su mentora, llaman a Paul y le piden que cuente sus sueños proféticos. Paul describe un sueño con una cueva, agua y una muchacha Fremen. La Reverenda Madre cree que Paul puede ser el Kwisatz Haderach, pero le advierte que todos los anteriores han fracasado y le aconseja: “Lo que se somete, domina” (p.45). Paul quiere saber qué salida hay para la trampa contra los Atreides, pero la Reverenda Madre le aclara que las Bene Gesserit harán todo por salvar a Jessica y Paul, mientras que la suerte de su padre está echada, y no hay nada por hacer.

Finalmente, le recomienda a Jessica que entrene a Paul en la Voz, la capacidad de hacer que otros obedezcan a sus órdenes.

Libro Primero: "Dune" - Capítulo 4

En Castel Caladan, antes de la partida de los Atreides a su nuevo hogar en Arrakis, Thufir Hawat, el mentat de la familia Atreides por tres generaciones, entra al cuarto de estudio de Paul. A pesar de la insistencia de sus maestros, Paul insiste en confiarse al dar la espalda a la pared, algo que exaspera a Hawat. Paul se justifica diciendo que puede percibir los pasos cuando alguien se aproxima.

Maestro y alumno hablan sobre la mudanza a Arrakis y las condiciones del planeta. Allí el agua es extremadamente valiosa, las tormentas de arena son peligrosas y el planeta está habitado por la tribu de los Fremen. Hawat le recomienda a Paul que no sienta pena por dejar un lugar físico, que solo se justifica añorar a las personas. Paul le cuenta a Hawat sobre su reunión con la Reverenda Madre y los dos hablan sobre el liderazgo.

Hawat se despide. Gurney Halleck, el maestro de armas, entra a la sala. Paul no quiere tomar clases de combate ese día, pero Halleck lo ataca para enseñarle que debe estar listo para la batalla aun cuando no siente ganas. Le advierte sobre los peligros de Arrakis.

Libro Primero: "Dune" - Capítulo 5

Ahora es el turno de otro de los maestros de Paul. El doctor Yueh entra a la sala. El tema de la clase de ese día incluye algunos de los aspectos más importantes del planeta Arrakis. Yueh le regala a Paul una Biblia Católica Naranja. El regalo es especial porque se trata de un libro de papel, mientras que todos los demás libros son librofilms que proyectan imágenes. Yueh le pide a Paul que lea una cita de allí que le hace pensar en su mujer Wanna, una Bene Gesserit que ha sido capturada por los Harkonnen.

Durante todo el encuentro, Yueh se lamenta en su interior por la traición que está por cometer contra los Atreides en beneficio de los Harkonnen. Tiene la esperanza de que su colaboración con los Harkonnen proteja a su mujer, pero el epígrafe del capítulo revela que, en realidad, Wanna ya está muerta.

Libro Primero: "Dune" - Capítulo 6

Finalmente, el duque Leto entra en la sala de estudio de Paul. Hablan sobre CHOAM, la compañía que controla todo el comercio en la galaxia. Por otra parte, la Cofradía Espacial tiene el monopolio de los viajes espaciales que requieren el bien más preciado: la especia melange, que se explota en el suelo del planeta Arrakis.

Al parecer, los Harkonnen, que han estado a cargo del planeta Arrakis hasta ahora, quieren generar mayores ganancias creando una escasez de melange y lograr así que los precios se disparen. Su propósito es que los Atreides fracasen rotundamente en la explotación de la melange, dejando atrás poca maquinaria y acumulando y escondiendo cuanta especia puedan.

Los Harkonnen no son los únicos enemigos: el mismo emperador Padishah Shaddam IV participa de la especulación por la melange y conspira contra la Casa Atreides. En medio de estas intrigas, el duque pretende incorporar a los Fremen, habitantes de Arrakis, como aliados de los Atreides para poder vencer a los Sardaukar, la guardia del emperador, cuyos soldados son famosos y considerados prácticamente invencibles.

El duque Leto le sugiere a Paul que se forme como mentat.

Libro Primero: "Dune" - Capítulo 7

Ya en Arrakeen, la nueva capital de Arrakis por decreto del duque, Jessica recorre el palacio que será su nuevo hogar. Entre las cajas de la mudanza hay dos objetos que debe ubicar: un retrato del padre de Leto y la cabeza del toro que le causó la muerte. No logra decidir cuál es el lugar apropiado para ellos, especialmente porque a ella le generan rechazo.

El duque Leto entra al cuarto en el que se encuentra Jessica y discuten sobre cuestiones prácticas. Los dos se aman a pesar de que ella permanece como concubina y no esposa del duque.

Jessica conoce a su nueva ama de llaves: Shadout Mapes. Se trata de una mujer Fremen que ha pedido servir a la señora. En la religión de los Fremen hay una profecía que anuncia la llegada de una Bene Gesserit y su hijo, que serán la salvación del pueblo. La leyenda ha sido plantada por una rama de las Bene Gesserit llamada Missionaria Protectiva hace siglos, para asegurarse de que sus miembros fueran bien recibidas dondequiera que fueran. Shadout Mapes le regala a Jessica un cuchillo crys, hecho del diente de un gusano de arena, y le dice: “¡Todo aquel que vea esa hoja debe morir o ser purificado!” (p.88). Además, le pide a Jessica que tome agua de su vida, es decir, que saque sangre con el cuchillo. La herida de Shadout Mapes se seca inmediatamente, una de las adaptaciones de los Fremen a las condiciones adversas del planeta Arrakis, donde escasea el agua.

Libro Primero: "Dune" - Capítulo 8

Jessica y el doctor Yueh se encuentran en uno de los pasillos del palacio. Por la ventana se puede ver una hilera de palmeras. Los dos reflexionan sobre cómo cada una de esas palmeras consume diariamente la misma cantidad de agua que hidrataría a cinco personas. Mantener esas palmeras decorativas parece un desperdicio. En Arrakis se cavan pozos, pero apenas dan un hilo de agua antes de secarse por completo.

Existe familiaridad entre Jessica y Yueh. Sin embargo, ni el buen trato ni la admiración por los Atreides hacen que Yueh dude en traicionarlos.

Análisis

Dune es una novela de ciencia-ficción que se propone crear un mundo nuevo y consistente. Para ello, Herbert debe construir la historia, geografía, cultura y sistema político y económico propios de este imperio galáctico. Por este motivo, la novela es compleja e incluye varias digresiones que tienen como propósito proveer al lector con lo necesario para comprender un nuevo mundo.

Cada capítulo empieza con un epígrafe. Esto no solo cumple la función de completar ciertos antecedentes y anticipar acciones futuras, sino que también contribuye al carácter épico de Dune. Casi todos los epígrafes, se supone, están extraídos de los relatos posteriores a los hechos heroicos que lleva a cabo Paul en un momento fundacional del pueblo Fremen. Desde el primer capítulo, los lectores saben que la vida de Paul Atreides será material para libros que permitan recordar sus acciones heroicas en la posteridad.

En cuanto al punto de vista, la novela está narrada en tercera persona omnisciente. Aparte de ser el narrador más frecuente de la épica, en este caso, el punto de vista permite que el lector acceda con frecuencia a los pensamientos de la mayoría de los personajes, muchos de los cuales se esconden de los otros. Esto es significativo porque la novela trata extensamente las intrigas en las esferas de poder. El momento que vive el imperio galáctico de Dune es inestable y tenso; los personajes están alertas a las traiciones, amenazas e intenciones ocultas de los otros, y los lectores accedemos a todo esto mediante la tercera persona omnisciente.

En el centro de esta épica está el protagonista: Paul Atreides, un chico de quince años que se ve enfrentado a un cambio radical en su vida. Para comprender mejor su figura, nos vamos a valer del patrón que identifica el crítico Joseph Campbell en su estudio sobre el camino del héroe.

La novela empieza con el anuncio de un cambio inminente en el mundo ordinario del Paul: el emperador Shaddam IV le ha asignado al duque un nuevo feudo, el planeta Arrakis. El control sobre Arrakis supone serios peligros para todos los miembros de la Casa Atreides. Paul parece no tomar total conciencia de lo que se avecina el momento en que ignora las advertencias y, por ejemplo, se sienta dando las espaldas a la puerta. En ese gesto, Paul no parece asumir la realidad que está por enfrentar. Algo parecido sucede cuando expresa su falta de disposición para entrenar en combate con Halleck; Paul prefiere jugar y distraerse, pero su maestro en armas le advierte: “Uno combate cuando es necesario… ¡no cuando está de humor!” (p.59). En cierto sentido, Paul rechaza el llamado a la aventura. Asimismo, como en el caso de Halleck, los primeros capítulos introducen a los mentores que lo ayudan a asumir la aventura: Hawat, el duque, el doctor Yueh, Halleck, Idaho y, el más importante de todos los mentores, Jessica.

Paul viene de un linaje noble y heroico. El Viejo Duque y su padre, Leto, son modelos a seguir en cuanto a que son hombres valientes que intentan ser honorables y justos. Sin embargo, el linaje de Paul también implica el riesgo de caer en la hybris (exceso de orgullo) propia de los héroes de la épica. En el caso del Viejo Duque, su valentía y su hybris lo llevan a dar las espaldas al toro que lo mata. De manera muy similar, el duque Leto permite que su hybris lo conduzca a entrar voluntaria y conscientemente en una trampa que sus enemigos le han tendido con la seguridad de que va a poder superarlos.

La primera prueba a la que se somete el héroe, curiosamente, se da antes de que Paul cruce el umbral a un mundo nuevo. La Reverenda Madre pone a prueba las capacidades del héroe mediante el gom jabbar. Esto sirve para confirmar que Paul tiene algo extraordinario en su interior. Herbert se refirió al protagonista de su obra como un superhéroe, precisamente porque es alguien que se distingue de los otros seres humanos, no solo por el grado de perfeccionamiento de sus habilidades y virtudes, sino porque posee algunas características que superan lo humano. Por este motivo, más adelante, Paul va a sentir que no encaja en el mundo: “Soy un monstruo -pensó-. ¡Un bicho raro!” (p.294). En el resto de la novela veremos cómo Paul continúa completando las etapas del camino del héroe y el modo en que cuestiona si efectivamente podemos hablar de él como un héroe.

Aparte de guiarlo en su camino, las conversaciones con sus maestros le permiten a Paul comprender las características del mundo en el que está por ingresar. Los lectores se enteran sobre las características de Caladan, hogar de los Atreides, y Arrakis, su nuevo destino, en estas conversaciones donde se describen la geografía y el clima de cada lugar, los enemigos de la Casa Atreides, los arreglos comerciales y la estructura de poder del imperio galáctico.

Sobre este último punto, la galaxia se organiza mediante tres instituciones que gobiernan juntas: el emperador, los representantes de las casas nobles (Landsraad) y la Cofradía Espacial, que controla todos los viajes espaciales. Paralelamente, el CHOAM, que tiene a su cargo el comercio de toda la galaxia, también gobierna e influye sobre las relaciones entre los poderes oficiales, pero depende de la Cofradía para poder mover los bienes a los distintos planetas. Asimismo, el imperio sigue un esquema feudal en el que a las casas nobles les son asignados territorios y, a su vez, la casa noble debe responder ante el Emperador.

El universo planteado por Herbert presenta una serie de regresiones en el sentido de que la humanidad parece haber retomado estructuras que parecerían parte del pasado. Por ejemplo, la organización política del imperio galáctico no se asemeja a una estructura moderna, sino que retoma la organización política y social medieval. Asimismo, Herbert propone un mundo con poca tecnología, porque los seres humanos han vuelto a depositar su confianza en el desarrollo de las capacidades intelectuales de las personas en lugar de delegar esas funciones a las máquinas. La Reverenda Madre menciona que una de las máximas que aparece en la Biblia Católica Naranja es “No construirás una máquina que imite la mente humana” (p.23). En lugar de depender de las máquinas, en Dune hay personas que han sido entrenadas para pensar como las máquinas, como es el caso de los mentat.

La mención a la Biblia Naranja nos conduce a pensar en otros aspectos en los que el futuro que crea Herbert es distinto al de la mayoría de la ciencia-ficción del momento: el autor imagina un mundo sumamente religioso en el que es muy posible que se despierte un fanatismo que conduzca a una Guerra Santa. Las religiones representadas en la novela son versiones de las principales religiones monoteístas: el cristianismo, el judaísmo y el islam. Estas tres religiones le permiten a Herbert alertar sobre los peligros de depositar las esperanzas para un pueblo en un individuo. También permite una reflexión sobre qué tan auténtico es el laicismo como principio que rige los Estados modernos. Herbert anticipa que, en el futuro, las religiones van a ocupar un lugar central para los pueblos, y determinarán en gran parte las relaciones internacionales.

Finalmente, nos encontramos con el tema central de la obra: la ecología. Herbert explora cómo la geografía da forma a los pueblos y a las relaciones entre naciones. La cultura de los pueblos de Dune son un resultado directo del espacio en el que se desarrollan y, más específicamente, de los recursos más escasos que deben repartirse entre la comunidad. El modo en que las personas se relacionan con los recursos escasos muestra su grado de moralidad. En este sentido, Dune traza una línea bastante clara entre el bien y el mal. Los personajes que son sensibles a las consecuencias de despilfarrar un recurso escaso y que reconocen la justicia en distribuir ese recurso de la manera más equitativa posible son buenos. Por el contrario, los personajes que buscan acaparar los recursos y someter a otros mediante la explotación son malvados.

En el retrato del barón Harkonnen, su aspecto físico refleja también su condición moral. Se trata de un hombre cuya obesidad mórbida indica su ambición y sus apetitos desmedidos. Su forma de gobernar Arrakis se basa en privar a la población local de algo tan preciado como el agua, al mismo tiempo que derrocha ese bien tan preciado para algo tan superficial como una hilera de palmeras decorativas. Asimismo, es capaz de acumular y esconder la especia que explota en Arrakis para hacer que los mercados lo beneficien a él mientras perjudican a sus enemigos. El altruísmo del que el barón carece es precisamente lo que separa a las personas de los animales, tal y como lo plantea la Reverenda Madre en la siguiente cita: “¿Has oído hablar de los animales que se devoran una pata para escapar de una trampa? -dijo la anciana-. Es la astucia a la que recurriría un animal. Un humano se quedaría atrapado, soportaría el dolor y fingiría estar muerto para coger por sorpresa al cazador, intentar matarlo y eliminar así un peligro para su especie” (pp.20-21). Si los Harkonnen encarnan el espíritu individualista, los lectores ven en los Atreides señales de lo opuesto: el verdadero deseo de gobernar con justicia y en beneficio de todos.