"Una rosa para Emily" y otros cuentos

"Una rosa para Emily" y otros cuentos Elementos Literarios

Genero

Cuentos.

Configuración y Contexto

La mayoría de los cuentos tienen lugar en campos, pueblos y ciudades del sur de Estados Unidos, entre fines del siglo XIX y principios del siglo XX.

Narrador y Punto de Vista

En esta selección de relatos, Faulkner utiliza varios tipos de narradores y puntos de vista. El narrador más utilizado es el omnisciente ("Sequía en septiembre", "Hojas rojas", "¡He ahí...!", "Viraje", "Hubo una reina", "Victoria en el monte", "Allén"), aunque a veces posicionado desde el punto de vista de un niño, como sucede en "Incendiar establos". Para otros textos, el autor elige un narrador protagonista ("Honor", "Hubo una reina"), a veces también con una perspectiva infantil ("Dos soldados", "Ese sol del atardecer", "Carrera en la mañana"). Por último, otro tipo de narrador que aparece es el testigo, que cuenta la historia de "Una rosa para Emily" como si fuese la voz de uno de los habitantes del pueblo donde se desarrolla.

Tono y Estado de Ánimo

En general, predomina un tono trágico y fatalista. Sin embargo, de acuerdo al cuento, también pueden encontrarse tonos y estados más vinculados a lo infantil y la inocencia ("Incendiar establos", "Dos soldados"), al humor, el sarcasmo y la ironía (“¡He ahí…!”, "Viraje"), y también a la violencia y el aislamiento ("Sequía en septiembre"), o a lo lúgubre y lo macabro ("Una rosa para Emily").

Protagonista y Antagonista

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Conflicto Principal

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Climax

En muchas de las historias, el clímax coincide con el momento de alguna muerte, asesinato o episodio violento. Hay también relatos en los que el clímax se produce en situaciones de riesgo o tensión importantes, como ocurre en "Viraje" y "Honor", por ejemplo.

Presagio

En "Una rosa para Emily", los habitantes del pueblo descubren, en el final, que la señorita Emily ha estado por años viviendo con el cadáver de su fallecido pretendiente. Previamente, en la Parte II, Faulkner apela al recurso del presagio cuando el narrador cuenta que la casa empezó a oler mal “poco después de que su prometido -el que pensamos que había de casarse con ella- la abandonase” (p. 119). Luego, en la Parte III, se produce el momento en que la señorita Emily compra arsénico, pero nunca admite que es para matar ratas. Tampoco hay una explicación posterior para esto, pero puede interpretarse también como un presagio, ya que el lector puede asumir que lo usó para envenenar a Homer Barron, su prometido.

Atenuación

"¡He ahí...!" presenta un diálogo entre el Presidente y el Secretario donde este último da un rodeo y utiliza eufemismos para atenuar el hecho de que un hombre fue asesinado por los indígenas:

"—Ah —dijo el Presidente—. Creo que ya entiendo. Y esa noche el hombre blanco fue ases…
—Digamos que murió —dijo el Secretario con gazmoñería—, que es lo que se dice en el informe que redactó el agente encargado de supervisar a los indios de la región, aunque en un comunicado privado añadió que la causa de la muerte del hombre blanco parece que fue una fractura de cráneo. Pero eso no está ni aquí ni allá" (p. 349).

Por su parte, "Honor" incluye el siguiente intercambio entre Buck y Mildred, en el cual ambos utilizan atenuaciones para evitar sonar exagerados en las apreciaciones que hacen durante su primer encuentro:

"—Tampoco es que contemos con que te lo pases de maravilla haciendo esto. Y no es que a nosotros nos encante, claro —dijo cuando ya había confianza—. Es que
somos bastante pobres. Entre los dos, no somos más que un aviador.
—Bueno, Howard desde luego sabe pilotar de una forma que vale por dos —dije—. Y eso nunca está nada mal" (p. 490).

Alusiones

En "Incendiar establos", cuando el protagonista se esfuerza por convencerse de que su padre fue un valiente por haber estado en la guerra, el narrador explica que, en realidad, no sabe que Abner Snopes fue "a la guerra como fue Mambrú" (pp. 36-37), haciendo alusión a la versión en español de la canción popular infantil francesa "Mambrú se fue a la guerra".

En tanto, el hecho que convence a Pete de alistarse en el ejército en "Dos soldados" es la noticia del bombardeo a Pearl Harbor, en alusión al ataque japonés contra la base naval de Pearl Harbor, en la isla de Oahu, Hawai, el domingo 7 de diciembre de 1941, que, se supone, provocó la entrada de Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial.
Por su parte, en "Victoria en el monte", Jubal le dice a Weddel que deje la pistola porque "La guerra ya sacabao. Bien claro nos lo dijeron en Ferginia" (p. 656). Con esto, hace alusión a la rendición del ejército confederado, que se hizo oficial en el juzgado del condado de Appomattox, Virginia, el 9 de abril de 1865.

Imágenes

Ver sección "Imágenes".

Paradoja

Una paradoja notoria se produce en el cuento "Victoria en el monte", que propone el encuentro entre personajes que han representado a los bandos enfrentados en la Guerra de Secesión. Allí, Vatch -el hijo mayor de la familia de blancos yanquis que vive en el monte- ataca verbalmente al comandante Weddel, a quien le dice: "(...) Condenado negro, negro de mierda…" (p. 654).
Acto seguido, Weddel -un mestizo que ha luchado por el bando confederado en la guerra civil y anda acompañado por un criado negro- señala lo racista del comentario de Vatch, exponiendo así también la paradoja de la situación: "—Ah, vaya. Así que es por mi cara, no por mi uniforme —dijo el desconocido—. Y eso que usted peleó durante cuatro años para darnos la libertad, según tengo entendido" (p. 654). En síntesis, la paradoja consiste en que el más racista de los personajes resulta ser aquel que formó parte del bando que luchó por la liberación de los esclavos negros.

Paralelismo

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Metonimia y Sinecdoque

Hay varias sinécdoques a lo largo de la selección de cuentos, en especial en "Incendiar establos". Aquí, vale la pena destacar el siguiente pasaje: "Su padre se volvió en redondo y él siguió la levita envarada, la figura nervuda que caminaba con rigidez debido a la bala de mosquete con que le alcanzó un confederado, uno de los hombres del sheriff, nada más robar un caballo, más de treinta años antes, y siguió más bien las dos espaldas, puesto que su hermano mayor acababa de aparecer en medio del gentío" (p. 19).

Como sucede en casi todo el relato, el protagonista ve a su padre como una conjunción de elementos simbólicos que forman una figura que todavía no le es del todo accesible. En ese sentido, la sinécdoque resulta fundamental, ya que el narrador la utiliza para nombrar el todo -el padre, Abner Snopes- por las partes -la levita, la figura-. Asimismo, en la cita puede encontrarse otra sinécdoque cuando el narrador refiere al padre y el hermano mayor del protagonista como "las dos espaldas", donde nuevamente el todo es nombrado por una de sus partes.

Personificación

La personificación es otro de los procedimientos que Faulkner utiliza con asiduidad. Por ejemplo, en el inicio de "¡He ahí...!" se encuentra el siguiente fragmento: "el humor había abandonado su situación y su visión de la misma casi tres semanas antes" (p. 340). Aquí se personifica al humor al otorgarle el rasgo animado de poder "abandonar" un lugar o irse de algún lado.
Algo parecido sucede con esta cita de "Viraje": "A popa huía el puerto a toda velocidad, desapareciendo, hundiéndose en el mar" (p. 441). En este caso, el elemento personificado es el puerto, que, siendo un objeto inanimado, adquiere la capacidad de "huir" de la lancha, cuando, en realidad, es la embarcación la que se está alejando de él.