Cuento de Navidad

Argumento

Sinopsis

Con este fantasmal librito he procurado despertar al espíritu de una idea sin que provocara en mis lectores malestar consigo mismos, con los otros, con la temporada ni conmigo. Ojalá encante sus hogares y nadie sienta deseos de verle desaparecer. —Prefacio de Dickens.
Scrooge y el fantasma de Jacob Marley. Ilustración de John Leech para la edición original de 1843

A Christmas Carol está ambientado en la City de Londres durante un día «frío, desapacible, cortante y con niebla» de Nochebuena. Está estructurado en cinco capítulos denominados «estrofas», de los cuales tres hacen referencia a los encuentros de los «fantasmas de la Navidad» —pasado, presente y futuro— con Ebenezer Scrooge, un anciano avaro y egoísta que desprecia todo lo relacionado con la Navidad.[40]​

La primera estrofa, El espectro de Marley, comienza siete años después de la muerte de Jacob Marley, el socio de Scrooge. Se describe a Scrooge como un trabajólico solamente interesado en ganar dinero, «duro y agudo como un pedernal que ningún eslabón logró jamás sacar una chispa de generosidad; [...] secreto, reprimido y solitario como una ostra», cuya personalidad le impide, por ejemplo, aceptar la invitación de su sobrino para cenar con él y su familia el 25 de diciembre, o realizar donativos para los pobres. Esa noche, la visita del espíritu de Jacob Marley le hace ver al anciano las consecuencias de la avaricia y el egoísmo, representados en una larga y pesada cadena «hecha con arquillas para dinero, llaves, candados, libros de contabilidad, escrituras de compraventas y pesadas talegas de acero» que arrastra consigo indefinidamente. Así, su antiguo colaborador se presenta como un alma mensajera para advertirle igualmente del arribo de otros tres fantasmas (espíritus) esa misma noche con el fin de «evitar un destino» como el mencionado anteriormente.[40]​

Las apariciones de los tres fantasmas de las Navidades son el hilo conductor de la trama en las siguientes tres estrofas. Scrooge debe acompañar a cada uno de los espectros a evocar momentos de la infancia y juventud del primero —entre los cuales se incluyen el encuentro con su hermana Fan, que murió joven tras dar a luz; y una fiesta navideña organizada por su antiguo jefe, el señor Fezziwig—, etapas caracterizadas por su amabilidad e inocencia.[41]​ Otro de los encuentros le permite conocer la situación de pobreza en la que vive la familia de su empleado Bob Cratchit, cuyo hijo más pequeño, Tim, está gravemente enfermo; y la forma en la que su sobrino celebra las fiestas decembrinas.[42]​ No obstante, la visión de su muerte tras una vida solitaria, «malvada y tacaña» le lleva a reflexionar y cambiar de actitud, de forma que «haré honor a la Navidad en mi corazón y procuraré mantener su espíritu a lo largo de todo el año».[43]​

La novela finaliza con la estrofa en la que Scrooge despierta en su habitación el día de Navidad convertido en un hombre generoso y amable, ávido de celebrar las fiestas con los demás. Tras acudir a cenar a casa de su sobrino, brindar un donativo considerable a los pobres, aumentar el sueldo de Cratchit y ofrecerle apoyo económico para el cuidado del pequeño Tim, se revela que Scrooge «no volvió a tener trato con aparecidos, pero en adelante vivió bajo el principio de abstinencia total y siempre se dijo de él que sabía mantener el espíritu de la Navidad como nadie».[44]​

Personajes

Un viejo pecador que extorsionaba, tergiversaba, usurpaba, rebañaba, apresaba [...] La frialdad que tenía dentro había congelado sus viejas facciones y afilaba su nariz puntiaguda, acartonaba sus mejillas, daba rigidez a su porte; había enrojecido sus ojos, azulado sus finos labios; esa frialdad se percibía claramente en su voz raspante. Había escarcha canosa en su cabeza, cejas y tenso mentón. —Descripción de Scrooge por Dickens en A Christmas Carol.[45]​

La novela es protagonizada por Ebenezer Scrooge, un prestamista británico cuya personalidad pudo haberse originado en los sentimientos que Dickens tenía por su padre, a quien amaba y odiaba al mismo tiempo. Esta ambivalencia se refleja en las dos versiones de Scrooge en el relato: por un lado, un individuo frío, tacaño, codicioso y solitario y, por el otro, alguien benevolente y sociable.[46]​ Robert Douglas-Fairhurst, profesor de literatura inglesa, dedujo que la ambición de Scrooge se debía a la infancia solitaria y triste que tuvo, y representa «los miedos que Dickens tenía de él mismo» en una situación de pobreza. Bajo esta percepción, el escritor llevó a cabo un ejercicio de optimismo a través de la conversión del anciano al final del libro.[10]​

John Elwes, conocido por el sobrenombre de «el avaro», fue uno de los modelos en los que se basó Scrooge

Otras posibles influencias para Scrooge podrían haber sido el parlamentario John Elwes y Jemmy Wood, propietario del Gloucester Old Bank, que era conocido como el «tacaño de Gloucester».[47]​[48]​ De acuerdo con el sociólogo Frank W. Elwell, la opinión de Scrooge sobre la pobreza es reminiscente de la que tenía el demógrafo y economista político Thomas Malthus.[49]​[50]​ Por otra parte, las preguntas que se hace el personaje —«¿Ya no hay cárceles?», «¿Y los asilos?, ¿siguen en activo?», «¿Están en pleno vigor la Ley de Pobres y el Treadmill?»—[nota 5]​ provienen de los cuestionamientos planteados por el filósofo Thomas Carlyle,[52]​ y plasmados en su obra Chartism (1840).[53]​

Algunas obras previas de Dickens contienen rasgos de la personalidad de Scrooge. Por ejemplo, el biógrafo Peter Ackroyd observó similitudes entre este personaje y el anciano Martin Chuzzlewit —como el hecho de que ambos se vuelven más generosos en un punto de la trama— aunque el primero posee «una imagen más fantástica» que el otro.[54]​ En opinión de Douglas-Fairhurst, ciertos rasgos de Gabriel Grub, el personaje secundario de Los papeles póstumos del Club Pickwick, también están presentes en la caracterización de Scrooge.[55]​[56]​ Su nombre procede de una lápida que Dickens vio durante una visita a Edimburgo y que pertenece a Ebenezer Lennox Scroggie, un comerciante de maíz. En la tumba Dickens confundió el término mealman («comerciante de comida») por mean man («hombre avaro»).[57]​

Con respecto al nombre de Marley, Dickens se basó en un cartel que rezaba «Goodge and Marney» y que estaba instalado en el local de un comerciante, cerca del domicilio del escritor.[58]​ La imagen de su espectro provino del recuerdo de unos prisioneros con grilletes que vio durante una visita a la Western Penitentiary, en Pittsburgh (Pensilvania), en marzo de 1842.[52]​ A su vez, Tiny Tim estuvo inspirado en su sobrino Henry, un niño discapacitado de cinco años de edad.[59]​[nota 6]​ Los niños que representan a la ignorancia y a la necesidad están basados en unos menores de edad que Dickens vio en una escuela caritativa situada en el East End londinense.[31]​

Temáticas

Ignorancia y Necesidad en la edición original de 1843

El eje central de la trama es el cambio de actitud de Scrooge,[61]​[62]​ «una figura proteica en constante proceso de reforma» que «posee profundidad emocional y lamenta las oportunidades perdidas».[63]​[64]​ Grace Moore, experta en la literatura de Dickens, consideró que esta publicación está imbuida de una temática cristiana que permite catalogarla como una alegoría de la redención.[65]​[nota 7]​ De forma similar, la biógrafa Claire Tomalin argumentó que la conversión del protagonista pretende transmitir el mensaje de que «incluso los peores pecadores pueden redimirse y llegar a ser buenas personas».[68]​ No obstante, la postura del escritor con relación a la religión resulta compleja,[nota 8]​ y sus creencias y principios estuvieron basados en el Nuevo Testamento.[67]​ Por ejemplo, la indicación de que «Marley no tenía entrañas» se refiere a «las entrañas de compasión» citadas en la primera epístola de Juan, en donde se aclara que esta es una de las causas de la «condena eterna».[71]​[nota 9]​

Para autores como Kelly, A Christmas Carol contiene una «visión secular de este día festivo sagrado»,[73]​ que sirve para mostrar la «filosofía del villancico, los puntos de vista joviales, una anatomización aguda de las bobadas, un humor bueno y alegre [...] y una serie de referencias brillantes, cordiales, generosas, alegres y radiantes al hogar», en la opinión del académico John O. Jordan, que basó su hipótesis en una carta escrita previamente por Dickens a su amigo John Forster.[74]​ Desde un punto de vista secular, el historiador cultural Penne Restad sugirió que la redención de Scrooge recalca «los aspectos conservativos, individualistas y patriarcales» de la «filosofía del villancico» de Dickens sobre la caridad y el altruismo.[75]​

La actitud de la sociedad británica de esa época hacia la pobreza infantil es una de las principales temáticas que motivaron la redacción de la novela, cuyo autor deseaba usar como instrumento para exponer su rechazo a tal situación.[12]​[6]​ A grandes rasgos, Scrooge es el paradigma del egoísmo cuya actitud acarrea una serie de repercusiones que son exploradas a lo largo del texto; la miseria infantil es representada en las figuras alegóricas de Necesidad, Ignorancia,[76]​ y en el personaje de Tiny Tim, cuya incorporación busca la simpatía del lector.[77]​ Douglas-Fairhurst intuyó que la presencia de estos personajes le permitió a Dickens revelar sus creencias sobre la importancia de la caridad sin dejar de lado a su audiencia de clase media, que paradójicamente constituía el grueso de su base de seguidores.[12]​


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