Un anciano llamado Gabriel de Araceli se dispone a narrar un hecho histórico muy importante para la historia española. Lo hace desde su propia perspectiva, dado que él ha participado, siendo un joven de catorce años, en aquellos hechos que constituyen un acontecimiento funesto para la armada española. Se trata de la batalla de Trafalgar, un enfrentamiento bélico entre las tropas aliadas de Francia y España contra las inglesas, acaecido en las costas de Cádiz en octubre de 1805.
Gabriel comienza con el relato de su infancia, en Cádiz, donde se cría como un niño pícaro. Las cosas cambian para él cuando su querida madre muere y queda al cuidado del despiadado tío materno. En ese momento, huye de su casa y es recogido por una pareja de ancianos que lo ayuda a progresar: don Alonso Gutiérrez de Cisniega y su esposa Francisca. Con ellos vive durante cuatro años en Vejer de la Frontera, dando servicios como paje para el señor, mientras se divierte jugando con Rosita, la hija de ambos, de la que se enamora sin ser correspondido.
En 1805, don Alonso, capitán de navío ya retirado de sus funciones, recibe una carta en la que se lo convoca a participar en la inminente batalla de Trafalgar. A pesar de que su esposa se niega terminantemente a que lo haga, el hombre, junto a su amigo marinero Marcial y su paje Gabriel, que ya cuenta con catorce años, escapa una mañana de su casa mientras su esposa asiste a misa con su hija. Los tres se dirigen a Cádiz y comparten parte del trayecto con Rafael Malespina, el prometido de Rosita, y su padre. Al llegar, se hospedan en casa de una prima de don Alonso hasta el día del embarque.
El 19 de octubre, al mando de Villeneuve, el almirante francés, sale la escuadra franco-española. El 21 de octubre comienza el combate contra las tropas británicas del almirante Nelson. Los protagonistas de la historia se encuentran a bordo del buque llamado Santísima Trinidad. La estrategia de posicionamiento del comandante francés en altamar y un error al comienzo de la contienda permiten que los ingleses realicen un mejor ataque y derroten a las tropas de Villeneuve, que deben rendirse tras una sangrienta y cruenta batalla en la que perecen muchísimos hombres. Muchos de los fallecidos son personalidades importantes y heroicas para ambas tropas, como Nelson, de los británicos, y Churruca, de los españoles.
Los españoles y los franceses son tomados como prisioneros. Como el barco en el que viajan Alonso, Marcial y Gabriel está yéndose a pique, los trasladan a otra embarcación: el Santa Ana. Allí encuentran a Rafael Malespina, que está herido en una mano. El capitán de la embarcación aprovecha una oportunidad y los prisioneros se rebelan, por lo que la batalla recomienza. Al terminar, se libran de los ingleses en aquel barco, pero las bajas y los heridos son muchos. Entre los afectados de gravedad se encuentran Rafael y Marcial. Se decide trasladar a los heridos a un tercer barco, el Rayo, para llegar pronto a Cádiz y así ser atendidos. Sin embargo, un vendaval produce que el Rayo encalle antes de llegar. Rafael, que está ahora con su padre, consigue salir en una de las lanchas, pero Gabriel, el narrador, que está acompañando a Marcial en sus últimos minutos, no lo logra y pierde la conciencia.
Gabriel despierta en una playa, tras haber sido salvado. Allí se recupera y decide volver al hogar de sus amos. En el camino, un marinero le cuenta que Rafael Malespina ha muerto, por lo que el joven informa esta triste noticia a la familia al llegar. Afortunadamente, se trata de un error y Rafael está con vida. Dos meses después, Rosita y Rafael contraen matrimonio y Gabriel es enviado a la casa de la nueva pareja para servir allí. Enamorado de Rosita, Gabriel no soporta la idea y decide irse a Madrid a vivir otras aventuras que, anuncia, contará en su próximo libro.