Los santos inocentes

Los santos inocentes Metáforas y Símiles

“...y el Azarías sonreía tenuemente, como un chiquillo cogido en falta...” (18) (Símil)

En este símil, la conducta de Azarías es comparada con la de un niño. De este modo, ya desde las primeras páginas de la novela comienza a construirse la identificación entre el personaje y la niñez, primer paso para configurarlo como “un santo inocente”. Esta cualidad infantil será la que al final de la novela contribuya a justificar el asesinato de Iván y a mantener intacta su condición de inocente.

“según hablaba don Pedro, el Périto, Paco, el Bajo, se iba desinflando como un globo” (38) (Metáfora y símil)

Mediante la metáfora del globo, el narrador describe la frustración de Paco cuando don Pedro le anuncia cuáles son los servicios que su familia deberá prestar en el Cortijo. Hasta ese momento, Paco y Régula habían estado haciéndose ilusiones con la posibilidad de regresar al Cortijo y poder finalmente escolarizar a Nieves y conseguir un trabajo digno para Quirce y Rogelio. El regreso al Cortijo, luego de años en la Raya del Abendújar, pronosticaba para ellos una mejora en su situación y la posibilidad de que sus hijos, con mejores oportunidades, pudieran forjarse un futuro mejor, por fuera de la pobreza. Esas ilusiones son las que habrían inflado a Paco como un globo.

Contrariamente a esos deseos, don Pedro, desde su rol de poder, propone que Nieves trabaje para Purita y sirva a los señores. Al escuchar esto, Paco comprende que no puede negarse, porque la estricta dinámica de clases del Cortijo limita su libertad, y así ve cómo sus ilusiones se pinchan como un globo y fracasan.

"... y el señorito Iván se inclinaba sobre ella y se asomaba descaradamente al hermoso abismo de su escote..." (45) (Metáfora)

Mediante la metáfora del abismo, el narrador da cuenta de la profundidad marcada y evidente del escote que ostenta Purita en pleno almuerzo en la Casa de Arriba. Pero además de aludir a los pronunciados pechos de la mujer, la metáfora del abismo contribuye a representar el grado de peligro que la exhibición de ese escote implica. En efecto, es una completa tentación para el señorito Iván, que no se preocupa ni siquiera por disimular. El modo en que él la mira es tan descarado que su mirada es metaforizada como un asomo, como quien se inclina justamente a observar una gran profundidad.

De la misma manera, el abismo anticipa no solo la tentación de Iván sino también la perdición de don Pedro, que sufrirá la humillación de verse engañado por Purita e Iván.

“... el que más y el que menos todos tenemos que acatar la jerarquía, unos debajo y otros arriba, es ley de vida, ¿no?” (127) (Metáfora)

Mediante la metáfora de la altura, Iván construye espacialmente la idea de una tajante jerarquía social, en la que, a su juicio, algunos seres son superiores a otros, es decir, algunos están por encima de otros. La novela denuncia cómo esa espacialidad redunda asimismo en una notable diferencia de oportunidades y de condiciones materiales de vida: los que están “arriba”, ostentan superioridad material, de privilegios y de derechos, y eso les da poder por sobre los que están “debajo”, que viven en lo bajo, la miseria, la pobreza y la sumisión.

“...el señorito Iván, o las piernas del señorito Iván, experimentaron unas convulsiones extrañas, unos espasmos electrizados, como si se arrancaran a bailar por su cuenta…” (154) (Símil)

Este fragmento forma parte de la descripción que hace el narrador del asesinato de Iván: su cuerpo colgando del árbol, sufriendo la asfixia. Cabe suponer que se trata de un momento desesperante y siniestro, y, sin embargo, el narrador utiliza un símil para describirlo que poco tiene que ver con ese contexto sombrío: compara los movimientos de las piernas de Iván con un baile. Con ello, los espasmos angustiosos de un hombre que está perdiendo la vida son matizados y convertidos en un suceso lúdico, casi humorístico. De esta forma, el lector comprende que el narrador se inclina por quitarle dramatismo a la escena (a diferencia de lo que hizo al describir la muerte de la milana de Azarías) y a inclinar así la balanza en favor de la inocencia de Azarías y la muerte merecida de Iván.