La vida de Lazarillo de Tormes

La vida de Lazarillo de Tormes Resumen y Análisis Prólogo

Resumen

En el Prólogo podemos observar muchos de los recursos convencionales de la época. Primero, el autor invita a los lectores a conocer su historia y utiliza una cita de Plinio, un autor de la Antigüedad, para defender el bien que pueda salir de su relato. A continuación, menciona el propósito con el cual todos escriben: ser recompensados con la lectura y, si ameritase, con elogios. Nuevamente utiliza una cita de un autor de la Antigüedad para sustentar lo que ha dicho anteriormente.

A partir de la cita de Tulio Cicerón, “La honra crea las artes”, el autor establece una comparación entre lo que mueve al soldado a pelear y al artista a escribir: ambos quieren el provecho de otros, pero también desean obtener honor y reconocimiento.

En el penúltimo párrafo del Prólogo, el autor utiliza una convención de la época que busca captar la benevolencia del lector mediante la desvalorización de su propia obra, a la que se refiere como “nonada”, y asegurando que escribe con “grosero estilo”. En ese mismo párrafo introduce el asunto de la obra: las fortunas, peligros y adversidades que vive un hombre.

Finalmente, el último párrafo del Prólogo introduce una mención a “Vuestra Merced”, quien es, en apariencia, el receptor de este relato. Como lectores, descubrimos que el relato tiene el propósito de responder al pedido de Vuestra Merced, quien ha solicitado una explicación en torno a un “caso” que permanece indefinido en esta parte del libro. Según el narrador, para poder explicar extensamente el “caso”, deberá empezar su historia desde el principio. El prólogo cierra con una reflexión sobre el mérito que tienen aquellos a quienes la Fortuna les fue contraria frente a quienes “heredaron nobles estados”.

Análisis

En el Prólogo del La vida de Lazarillo de Tormes, se hace uso de una serie de convenciones propias de la época. En principio, el propósito del prólogo es captar la benevolencia del lector y establecer el asunto de su obra.

Al igual que otras obras de la época, el autor plantea una serie de motivos por los cuales su novela puede ser de utilidad al lector. En primer lugar, sostiene que la finalidad con la que escribe es evitar que los acontecimientos narrados se “entierren en la sepultura del olvido”. A partir del fragmento citado, vemos cómo el autor asocia la escritura a la memoria. Esto otorga a la obra verosimilitud, ya que pareciera que se está dando noticia de hechos que sucedieron verdaderamente. Más adelante veremos que el autor utiliza recursos adicionales con este mismo objetivo de otorgar verosimilitud a su relato.

En segundo lugar, el autor se propone captar la atención del lector con un tópico de la época: las citas de autores de la Antigüedad. La primera que aparece parafraseada es de Plinio, e indica que no hay libro que no ofrezca provecho al lector. Acá el autor recurre a una cita de autoridad para desarrollar otro tópico recurrente al momento de persuadir al lector sobre el valor del libro: el tópico de la utilidad. Todo lector que se acerque a este texto va a encontrar una utilidad, así sea solamente el deleite de la lectura.

Seguidamente, se desarrolla otra finalidad que no supone una novedad: la escritura como medio para obtener honra y fama. El autor del Lazarillo recurre a la cita de autoridad nuevamente. En este caso, cita a Cicerón. Además, amplía este tópico recurriendo a la analogía, en la que establece un paralelo entre el soldado que pone en riesgo su vida y el hombre de letras: ambos actúan por el bien de otros, pero también por el deseo de ser reconocidos y admirados.

En el penúltimo párrafo del prólogo, el autor hace uso del tópico de la humildad o modestia. Se trata de un recurso literario denominado captatio benevolentiae. Lo que se busca es captar la benevolencia del lector mediante los siguientes recursos: rebajar la propia persona (“no ser más sancto que mis vecinos”), remarcar la rusticidad del estilo (“en este grosero estilo escribo”) y poner de manifiesto la banalidad del asunto (“desta nonada”).

A propósito de la verosimilitud que mencionamos anteriormente, el último párrafo del Prólogo incluye una serie de recursos que contribuyen a crear la ilusión de que se trata de un relato verídico. Para empezar, el autor hace uso del tópico de la escritura por encargo, es decir, se escribe como respuesta al pedido de otro, en este caso, Vuestra Merced. Al aparecer en el texto una segunda persona, quien encargó que se relatara una situación y a la que el relato está destinado, se crea la ilusión de que lo que viene a continuación existe más allá de la imaginación de su autor.

Finalmente, el autor disfraza el relato de autobiografía y ese “Yo” que inaugura la obra en la primera línea del Prólogo ya no se identifica únicamente con el autor de la novela, sino también con el narrador y protagonista de esta. La identificación entre la primera persona del Prólogo y la de los tratados, así como la inclusión de la figura de Vuestra Merced en ambos, lleva a los críticos a considerar al Prólogo no como un paratexto, sino como parte integral e inicio de la obra.