Irma
Es la novia del protagonista, una chica muy buena, generosa y tranquila a la que no le gusta vagar por las calles, prefiere el sofá de la sala, una conversación, un café o un anisado. Cerca del final del cuento se casa con el protagonista.
Josiane
Es una prostituta de París, su historia es narrada en el siglo XIX. El protagonista la conoce durante un invierno en lo más hondo de la galería Viviane donde vivía aterrada en aquellos días por los crímenes de un estrangulador apodado Laurent.
Laurent
Apodado así por un periodista, es un estrangulador que aterroriza a prostitutas en París durante el siglo XIX. Finalmente, es condenado a muerte en la guillotina.
El protagonista
Hombre que vive con su madre en Buenos Aires, tiene a su novia Irma y trabaja de corredor de bolsa. Logra viajar con su imaginación al Paris del siglo XIX, le encanta caminar por las galerías y es ahí donde conoce a Josiane, una prostituta que lo introduce a su mundo.
El Sudamericano
Es un cliente de La Rousse, una prostituta amiga de Josiane. Esta le comenta que es sudamericano una noche antes de acostarse con ella, aunque él no muestra con su acento que lo sea. Según Josiane, parece un colegial que ha crecido de golpe y tiene una mirada penetrante que le desagrada. Generalmente se le ve en el café tomando un ajenjo con una expresión hermosa, ausente y alunada. En varias oportunidades el protagonista tuvo ganas de acercarse y charlar con él. Al final es encontrado muerto en el cuarto de un hotel por una enfermedad repentina.
La Madre
Es la madre del protagonista y como Irma, es una señora calmada que le gusta disfrutar del sofá junto con una buena conversación y un café. Vive junto con su hijo, el protagonista, y siempre sabe cuando no ha dormido en casa y aunque no dice nada lo mira entre ofendida y temerosa.
Kiki y La Rousse
Son prostitutas amigas de Josiane, viven en las galerías de Paris y suelen frecuentar el bar con algunos clientes. Les aterra la idea del estrangulador Laurent, del cual discuten las probabilidades de que llegue hasta ellas. La Rousse tiene como cliente al sudamericano pero busca al protagonista como puente para reconciliarse con Josiane luego de discutir por un tema de esquinas o de horarios y finalmente le pide perdón a Josiane entre besos y abrazos.
Albert
Es un soplón de la policía que frecuenta las galerías y el café, es amigo de Kiki, Josiane y del protagonista y juntos comentan el caso de Laurent y de la guillotina.
El Patrón
Es el dueño del café, siempre dispuesto a comentar en conversaciones que surgen, como lo del caso de Laurent. Ha festejado cincuenta años de trabajo detrás de la barra ofreciendo tragos mientras hablaba de su esposa muerta en el Languedoc. Albert, el patrón y el protagonista embriagados se prometieron amistad eterna y muerte a los prusianos.
