Von Aschenbach es un prestigioso escritor alemán que lleva en Múnich una vida extremadamente rígida y dedicada a su obra. Aunque estuvo casado y tiene una hija, la prematura muerte de su esposa y el casamiento y posterior abandono de la casa familiar de su hija llevaron a que el escritor viva solo desde hace varios años.
Un día, tras una mañana de trabajo insatisfactoria, Aschenbach sale a caminar por Múnich cuando, luego de que un turista de aspecto extraño le llame la atención en un cementerio, siente en su interior unas irrefrenables ganas de viajar y abandonar sus tareas literarias por un tiempo.
Dos semanas después, el escritor se embarca en un viaje que, luego de algunos tropiezos, termina por dejarlo en Venecia. En el barco que lo transporta, Aschenbach siente desagrado por la suciedad, el estado del clima y la presencia de un anciano maquillado que intenta hacerse el joven junto a un grupo de muchachos. Una vez en Venecia, el escritor realiza un paseo en góndola en el que el siniestro conductor le hace sentir que está en peligro. Pese a ello, llega sin problemas al hotel en el Lido donde reservó su estadía.
Durante la cena en el hotel esa noche, el escritor advierte la presencia de un hermoso niño polaco llamado Tadzio, y en su interior se despierta un irrefrenable deseo de estar cerca suyo y contemplarlo constantemente. Al día siguiente, sin embargo, Aschenbach sale a pasear por Venecia y el clima opresivo de la ciudad le hace sufrir un ataque febril. Angustiado, advierte que pasar tiempo en esa región será nocivo para su salud, por lo que decide abandonarla al día siguiente. Pese a ello, al otro día su equipaje se extravía y tiene que suspender el retorno programado. Lejos de enfurecerse, la noticia lo hace feliz y descubre que el motivo de su cambio de humor es que podrá seguir contando con la compañía de Tadzio.
De nuevo en el hotel, Aschenbach adquiere la rutina de observar y perseguir a Tadzio, inspirándose creativamente con su belleza. Una noche, luego de cruzarse inesperadamente con el joven, este le ofrece una sonrisa y Aschenbach advierte que se ha enamorado de él.
Los días siguientes, el escritor oye rumores de una enfermedad que azota la ciudad e intenta obtener información concreta acerca del brote. Finalmente, consigue que un agente de viajes le diga la verdad: la peste del cólera está haciendo estragos en Venecia. Pese a esta nueva información, Aschenbach decide quedarse de todos modos y comienza a seguir a Tadzio con más asiduidad. Además, se toma la costumbre de visitar a un peluquero que termina por maquillarlo y darle un aspecto más joven con el objeto de volverse atractivo para el muchacho. Mientras tanto, Tadzio parece advertir el interés del hombre, aunque no se lo dice a su familia. Obsesionado, Aschenbach imagina que su amor por él refleja el ideal de amor platónico griego.
Finalmente, la peste avanza sobre Venecia y la familia de Tadzio empaca para irse del hotel. Al día siguiente, mientras la familia del joven realiza los preparativos para irse, Aschenbach contempla nuevamente a Tadzio en la playa del hotel. El muchacho camina por la orilla del mar hasta que advierte su presencia y le devuelve la mirada. En ese momento, el escritor se levanta para acercarse caminando al joven. Pero es en vano, puesto que cae desvanecido en el acto: la peste lo ha alcanzado y muere a las pocas horas, dejando al mundo lamentando su pérdida.